EL FUTBOL: Un poco de Historia… Identidades y Géneros. Parte II

Puedes encontrar la primera parte en el siguiente enlace.....
El Fútbol: historia, Identidades y Género Clubes sociales y Deportivo (parte I)
[Por Deux ex machine]El correr del siglo XX contó con una revolución muy silenciosa, muy lejos del ruido de las armas y la tensión de los conflictos: La Revolución Femenina. Sin gritar al mundo sus intenciones, sin altanerías guevaristas o hitlerianas, las mujeres fueron consiguiendo un espacio cada día más extenso en el cual desenvolverse. No necesitaron de discursos revoltosos, ni de regimientos. De manera elegante y con convicción fueron consiguiendo paso a paso sus objetivos, comenzaron pidiendo sólo el derecho de opinión, luego el de participación social y hoy, están a cargo de los destinos de empresas y países. La opinión mutó a decisión… la participación a protagonismo.
Así, el nuevo “submundo de la feminidad” se erige como el potencial gran mercado, como el espacio social nacido para ser conquistado, pero ahora no por machos, sino que por el capitalismo. Hoy, toda empresa debe tener especial consideración con la apreciación que de ella se tenga entre las mujeres. La publicidad que antes se dirigía a la producción de testosterona, hoy debe – casi por obligación ¬– contemplar un lado femenino. El cambio es notable, basta revisar la estrategia de marketing en la década del ’50 y en la primera del siglo XXI, para percatarse del giro. La promoción de motores, alcoholes o cigarrillos, tan masculinizadas antaño, se ve “invadida” por la figura de la mujer. Y el fútbol, en su modalidad neoliberal, no pudo ser la excepción.
Entonces, desde sus cúpulas, se la invitó a competir en sus torneos de manera profesional, así como también se preocupo de incentivar su participación en el espectáculo fabricando el merchandising destinado a su figura, artículos que, per se, eran respuestas a las propias inquietudes del mundo venusiano.
El fútbol comenzó a verse a sí mismo como un articulador social, un espacio en el que se puede satisfacer a todo aquel presente, sin exclusión de edad, raza o género. Este ensamblaje permitió que se desarrollaran nuevos idearios mentales y que se recuperaran las abstracciones pérdidas en el inicio del proceso de globalización. Alinear a hombres, mujeres y niños detrás de un color hizo que las motivaciones competitivas no decayeran. Las marcas (asociadas tanto a la Federación Internacional como a las nacionales), se encargan de presentar una publicidad inclusiva más que excluyente y los países, con ello, mantienen sus rasgos diferenciadores, tan vulnerables luego de la erradicación simbólica de las fronteras. La forma cambia, sin hacerlo el fondo. La identidad se mantiene, pero no como la amalgama de sentimientos espontáneos, ahora es una estructura discursiva diseñada por la publicidad - en colusión con los gobiernos y las federaciones de fútbol - utilizando el concepto de la unidad.
La FIFA no se demoró en comprender y asimilar el fenómeno. Se preocupó por elevar un nuevo concepto de nación, de generar otra identidad, y para ello incluyó a la mujer tanto en sus políticas de masificación, como en su iconografía. La integró al espectáculo, como espectadora y protagonista.
Hoy, no es difícil ver como el marketing futbolero identifica como protagonista del espectáculo a toda la población, a la par con la participación del futbolista y los equipos técnicos. La idea de integrar a todos los seres humanos posibles, en un determinado espacio geográfico y en función de un objetivo común, aún cuando este sea deportivo, hace que el deporte rey siga formando parte del espectro denominado tradición. Nadie queda, por su condición natural, inhabilitado para vivir el fútbol. Desde el punto de vista teórico, uno es para todos, como todos para uno. Se refuerza la identidad ante la amenaza de lo transnacional y así, el negocio crece. Se refuerza una identidad transversal ligada a lo transnacional.
La FIFA no deja ni espacio, ni raza, ni género ni grupo etáreo afuera de sus dominios deportivo-espirituales. Son estas premisas las que posibilitan entender el porqué dejó a cargo de Chile el Mundial Femenino de Fútbol 2008. Aquí había un mercado virgen para ser explotado, las Indias Occidentales de la Iglesia Católica.
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